La salud oral no se toma vacaciones
La salud oral no se toma vacaciones
Consejos para no descuidar la salud bucodental
Se aproximan vacaciones para algunos, pero, ¿qué pasa con la salud oral? Te damos algunas recomendaciones para que no te olvides de tu salud bucodental en este periodo y tu dentadura no sufra en exceso.
Mantener una correcta higiene
Aunque estés fuera de casa, conviene cepillarse después de cada comida o, al menos, dos veces al día. Es imprescindible la seda dental y un colutorio para lograr una limpieza completa. No debemos olvidarnos tampoco de impiar la lengua y el paladar con colutorio o con el propio cepillo y masajear las encías con movimientos circulares para evitar que éstas se inflamen y sangren. Cuando estamos de vacaciones nuestras rutinas se alteran, pero es importante que no descuidemos la higiene en ese tiempo si no queremos arrepentirnos a la vuelta…
Alimentación
En las vacaciones solemos “excedernos” con la comida o descuidar un poco la dieta, y aunque no pasa nada por darse un capricho, no debemos tomar alimentos que contengan demasiado azúcar ya que este elemento hace que el esmalte dental se debilite muchísimo y aparezcan caries. Si vamos a estar muchas horas fuera de casa y no llevamos cepillo de dientes, conviene no consumir alimentos o bebidas azucaradas para que las bacterias no campen a sus anchas por nuestros dientes.
De postre una manzana ayuda a limpiar además de ser muy saludable, y de beber, mejor agua, así evitamos que bebidas demasiado ácidas como el vino o los refrescos estén mucho tiempo en contacto con los dientes y erosionen el esmalte dental.
La alimentación es determinante en nuestra salud general por lo que, lógicamente, influye en el estado de nuestra salud bucodental. Existen nutrientes cuya participación en la formación y salud de los dientes y las encías es fundamental.
Entre ellos se encuentran el calcio (presente principalmente en leche y sus derivados así como cereales, verduras y hortalizas de color verde oscuro, nueces, habichuelas y sardinillas o boquerones pequeños), el fósforo (alimentos de origen animal como leche y derivados, huevos y pescado así como alimentos de origen vegetal como legumbres, nueces o calabacines), el flúor (presente en aguas a distintas concentraciones según región geográfica y en alimentos como el té y en menos cantidad en alimentos como tomates, judías, lentejas, cerezas, patatas, caballa, sardinas, hígado de vaca, pescados frescos).
La vitamina D (pescado azul, aceite de hígado de pescado, margarina, huevos, leche y productos lácteos), vitamina A (en alimentos de origen animal como pescado azul, hígado, yema de huevo, mantequilla, queso, leche entera y en alimentos de origen vegetal como albaricoque, melón, zanahoria, mango, melocotón, espinacas, coles de Bruselas, tomate, níspero) y las vitaminas del grupo B (carnes, pescados, leche y derivados, cereales y legumbres principalmente).
Cambios de temperatura
Tomar productos muy fríos (helados o granizados) o bien muy calientes puede provocar un dolor fino y agudo semejante a un calambre por inflamación de los vasos sanguíneos o de los nervios internos del diente, es decir, la famosa sensibilidad dental.
Especial cuidado en actividades al aire libre
Debido a la gran cantidad de actividades y deportes que practicamos en vacaciones se incrementan los casos de traumatismo dental. En el caso de haber sufrido uno, deberás acudir a tu dentista cuanto antes (48 horas) con el fin de recuperar el diente siempre que sea posible.
Evitar la deshidratación
Beber constantemente agua, aunque no tengamos sensación de sed, para evitar que la boca reduzca la producción de saliva y se pierda su función protectora frente a las bacterias.
Y por supuesto, ahora que tienes la agenda más despejada prográmate una visita a la clínica ¡Te estamos esperando!